HIPPY Chile: Padres como primeros educadores de sus hijos

Con visitas a domicilio enseñan a los papás a ser “buenos maestros” de sus hijos

FUENTE: EL MERCURIO

La semana pasada, Gabriel (4) aprendió que si no se lava los dientes seguido, las bacterias -eso que su mamá describió como bichitos que se acumulan en las bocas sucias- van a enfermarlo. Por lo mismo, es importante que se acuerde de hacerlo todos los días.

Poco antes de hablar con su hijo sobre el cuidado de los dientes, Cristina Valderrama recibió los consejos de su tutora en el programa Hippy Chile. La iniciativa, que desarrolla en Chile la Fundación CMPC, fue creada en Israel a fines de los 60 para enseñar a los papás a estimular tempranamente a sus niños. Para eso se proponen conversaciones, actividades manuales o leerles cuentos que ayudan a promover el desarrollo social y lingüístico de los más chicos. Actualmente, el programa Hippy se implementa en otros 16 países además del nuestro.

«Muchos papás no llevan a sus hijos a los jardines infantiles y salas cuna, sobre todo entre los cero y tres años», dice Carolina Andueza, gerenta de la Fundación CMPC. De ahí la necesidad de asegurar que los papás sean los mejores primeros educadores de sus niños.

Para lograr esta meta, la propuesta de Hippy es que una vez por semana -y por un total de 30- un tutor visite la casa de familias con niños de entre dos y cinco años. Este mentor propone actividades para hacer con los hijos de forma diaria y por 20 minutos. El objetivo está puesto en hogares en situación de vulnerabilidad.

Con la idea de hacer más cercana la experiencia, los tutores no son educadores, sino vecinos de los barrios donde se imparte el programa, a quienes se capacita previamente.

«Las tutoras comunitarias son súper importantes. Hace toda la diferencia cuando es un par quien hace la visita domiciliaria, cuando es una persona que primero aplicó las actividades propuestas con sus propios hijos», dice Andueza.

Javiera Arcaya, por ejemplo, tiene un hijo de tres años y una hija de uno. Mientras asistía a una sala de estimulación en un Centro de Salud Familiar se enteró del programa Hippy. Por su compromiso, los encargados creyeron que sería buena candidata para volverse tutora: tras capacitarse, Javiera hoy tiene asignadas 10 familias y recibe una remuneración por visitarlos semanalmente. Eso lo complementa con su trabajo como emprendedora en el rubro de los cosméticos naturales.

«Trabajamos en distintos dominios del aprendizaje. Está el área de lenguaje, pero también el desarrollo cognitivo, las matemáticas, las ciencias y la motricidad fina y gruesa; nos centramos en habilidades que los niños deberían tener cuando empiezan la escuela», comenta Miriam Westheimer, directora de Hippy a nivel internacional, quien visitó Chile para conocer cómo se desarrolla la versión local. «Eso sí, nos preocupamos de que todo se haga a través del juego, que sea algo entretenido para todos».

Entre el tipo de actividades propuestas está, por ejemplo, construir una pelota con papel de diario arrugado, rodearla de cinta de embalar para que no se desarme y ponerse a patearla de un lado a otro. Es una tarea sencilla, que no requiere de mayores gastos y que fomenta el apego. Al mismo tiempo, ayuda con la coordinación y la motricidad gruesa de los niños.

En los países donde opera, Hippy tiene aliados locales que ayudan a llegar a las familias. En Chile, la Fundación CMPC conversó con la Municipalidad de San Joaquín y con quienes trabajan en Chile Crece Contigo en esa comuna. Por su intermedio se reclutó, en consultorios o jardines infantiles, a familias interesadas en participar. Actualmente, son 41 hogares, pero el número podría crecer hasta 300, cuando en 2019 se amplíe la cobertura del programa Hippy a Arauco y Malleco.

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