Presidente de CMPC: «Estamos estudiando reducir inversiones, pero sin afectar las fundamentales»

Las dos primeras semanas de octubre pasado, Luis Felipe Gazitúa estuvo en una pieza oscura, aislado de los ruidos y las luces. Todo por culpa de una herida muy pequeña que se hizo en la mano arreglando un riego el fin de semana. El corte sanó rápidamente, pero empezaron unos dolores de cuello y cabeza intensos. El presidente de la CMPC se acordó de sus abuelitos que le advertían del tétano -una infección sumamente peligrosa que generaciones anteriores a las vacunas tenían presente- y reconoce que googleó los síntomas, “algo que sé que no hay que hacer, pero en este caso sirvió”. Tuvo suerte de llegar a tiempo a un tratamiento y hoy lo recuerda como un trance difícil, pero de reflexión.

 

Volvió justo antes de los ataques al Metro el 18 de octubre. Y luego, de cabeza a enfrentar la crisis sanitaria.

Ahora está de vuelta en su casa, en modalidad de teletrabajo desde el 14 de marzo, al igual que 4 mil trabajadores de la empresa que preside. Los restantes -en total los empleados directos son 18 mil y si se suman los contratistas, llegan a los 36 mil- han habilitado turnos más largos y descansos también más prolongados para reducir la posibilidad de contagio. No han parado. Su área de tissue es considerada empresa esencial y las cajas son claves para la alimentación.

“Leí hace unos días un artículo en The Guardian donde los columnistas defendían la necesidad del aporte social de las empresas para enfrentar esta pandemia y aludían a un reciente debate en el World Economic Forum, donde el historiador alemán Rutger Bregman abogó por subir impuestos en lugar de fomentar estas ayudas. No puedo estar más en desacuerdo con eso”.

Se explaya: “Las soluciones privadas a problemas públicos siguen siendo una gran alternativa, pese a lo que digan algunos. Las empresas están insertas en los lugares donde operan. Así como deben ser factores de desarrollo en esos territorios, también deben estar atentas a las necesidades de las personas, especialmente en casos de emergencias como la que vivimos”. CMPC se ha embarcado en las últimas semanas en la producción de mascarillas y ha cedido espacios para levantar hospitales de cuarentena.

En plena crisis del Covid-19 realizaron el jueves pasado su junta de accionistas.

– Las ganancias de CMPC bajaron 83% el año pasado, afectadas fundamentalmente por el precio de la celulosa. ¿Se podrá dar un repunte este año? ¿Cuál es la expectativa de precios a mediano plazo?

– En 2018 los precios de la celulosa alcanzaron niveles récord, pero el año pasado ese escenario se revirtió, debido principalmente a una menor demanda en China y al gran aumento en los inventarios globales.

Usted comprenderá que esa variación también resultó sorpresiva.

Este año los precios se han mantenido relativamente estables y no son descartables algunos incrementos en el mercado chino si su economía se recupera. Pero los analistas advierten una situación más compleja por el impacto del coronavirus en los mercados de papeles para impresión, escritura y especialidad. Pienso que lo más indicado en este minuto es evitar hacer proyecciones.

– Hasta ahora, ¿cómo los ha impactado la crisis sanitaria producto del coronavirus?

– Lo más simple sería decir que vimos un incremento en la demanda por productos tissue, especialmente en las primeras semanas post confinamiento. También estamos atentos al potencial de recuperación que pueda mostrar China. Pero todo eso está aún por verse.

Donde sí percibimos un impacto de fondo, y positivo en nuestro caso, es en la percepción de nuestra industria como una actividad fundamental para las personas. Muchos países, incluyendo Chile, declararon desde el primer momento a la industria forestal como una actividad básica tanto para la cadena de abastecimiento de muchos productos como por sus productos finales. Por supuesto que nosotros conocemos esa relevancia y la cercanía con nuestros clientes y comunidades, pero convivíamos con grupos de interés que continuamente pretendían desconocer ese rol y apelaban, incluso, a su desaparición.

Eso no tiene sentido: la industria forestal ha demostrado ser sustentable, generar entornos de desarrollo, contribuir a la lucha contra el cambio climático, como lo reconocen las recientes NDC presentadas por Chile, y elaborar productos que aportan a la consolidación de una economía circular. Esa es la verdad.

– ¿En qué medida cambió el coronavirus los planes de la compañía? ¿El plan de inversiones 2020-2021 en plantas nuevas o ampliación de otras, se mantiene o se adapta al nuevo escenario mundial?

– Tenemos un presupuesto de inversiones que anualmente ronda los US$ 500 millones y que considera inversiones de continuidad operativa, nuevos proyectos industriales y también nuestro programa de plantaciones forestales y construcción de caminos. Considerando la compleja situación que estamos viviendo, y que no sabemos bien cuánto durará, estamos estudiando medidas para reducir ese monto, pero sin afectar las inversiones fundamentales.

Crisis sanitaria

Sobre la adaptación del trabajo a la pandemia Gazitúa cuenta que inicialmente se tradujo en la implementación de medidas como la suspensión de viajes y teletrabajo desde mediados de marzo y además de la adecuación de turnos en plantas y faenas para reducir las dotaciones al mínimo necesario para mantener las operaciones.

“Hoy tenemos más de 4 mil colaboradores en modalidad de teletrabajo en los 10 países donde operamos, y todas las plantas funcionando con adecuación de dotaciones y un riguroso protocolo de prevención ante la pandemia”.

– En el discurso de la junta de accionistas, usted menciona que “la pandemia nos está dejando lecciones importantes”, ¿podría profundizar en esto?

– Hay muchas lecciones y, sabe una cosa, habrá también muchos desafíos. Comenzando por entender que situaciones como ésta serán, con toda probabilidad, más comunes de lo que quisiéramos.

Hay otras tantas en las que varios se han detenido, como la necesidad de aprovechar el potencial del teletrabajo y el uso de las tecnologías para, por ejemplo, reducir los viajes o para hacer más cortas y productivas las reuniones.

Pero hay otras más de fondo. Esta ha sido una gran oportunidad para mejorar las coordinaciones en las compañias.

Alguien me decía hace unos días: “He aprendido en estas semanas mucho mas que en años respecto de lo que hacen otras áreas de la empresa”. Ha existido más colaboración. Se ha hecho para muchos en CMPC más patente el rol social que debemos cumplir en toda circunstancia. Se acelerará la digitalización, el trabajo interdisciplinario y ágil.

No tengo ninguna duda de que saldremos de esta grave crisis con una relación más fuerte con nuestros colaboradores y comunidades donde estamos insertos.

Sentimos también el enorme desafío y la responsabilidad de ser una compañía que da trabajo directo e indirecto a más de 50 mil personas en un escenario económico que será muy complejo, con alto desempleo y múltiples desafíos para reactivar la economía. Las cosas no serán fáciles en los próximos años.

– ¿Cómo ven que está la imagen de la compañía? ¿Se logró mitigar los efectos del caso colusión? ¿Hay mediciones reputacionales nuevas de las empresas en que se pueda evaluar el impacto a mediano plazo de este caso?

– Nosotros, creo, hemos hecho lo que una compañía de la relevancia e historia de CMPC debería hacer en esta situación que estamos viviendo.

Sería malo que nuestros aportes se entendieran como una simple estrategia para recuperar reputación o ganarnos el afecto de los chilenos. La recuperación del gran y bien ganado prestigio del que gozábamos no depende de nosotros, sino de la percepción de las personas.

Por nuestra parte, en su oportunidad hicimos todos los cambios necesarios para evitar al máximo que se vuelvan a producir situaciones como la colusión. Hemos restituido a todos los chilenos y hemos respetado y cumplido todos los fallos, incluyendo el pago de la multa decretada por la Corte Suprema.

Tenemos 100 años de trayectoria en Chile y una larga historia de vinculación con nuestros vecinos y comunidades. Ahí está nuestro trabajo y nuestra fortaleza.

«Estamos preocupados… vemos grupos que
no quieren entender que no están por sobre la ley»

«La sociedad chilena ha tenido la oportunidad de debatir y relevar demandas que dicen relación con aspectos pendientes del gran desarrollo alcanzado en las últimas décadas. Este proceso, que bien puede ser virtuoso, se ha visto opacado por un inusitado nivel de violencia, cuyos destrozos están a la vista en muchas ciudades del país y que, como nos hemos podido dar cuenta hoy, nos ha llevado a enfrentar en peores condiciones la menor actividad derivada de esta crisis por el coronavirus», dice Gazitúa con respecto al impacto de la crisis social que el país vivió a partir del 18 de octubre pasado.
«Creo que todos estamos preocupados por lo que ocurrirá una vez que se vayan levantando las restricciones a la movilidad de las personas, porque vemos grupos que no quieren entender que no están por sobre la ley, ni corresponde que pongan en riesgo la salud y la fuente laboral de miles de chilenos», agrega.

– Los ataques a las operaciones de las empresas forestales en el sur de Chile se han mantenido estos meses. ¿Cuántos y cuáles son los más recientes? ¿Cómo están lidiando con eso las autoridades en los últimos meses?
– No creo que sea justo medir la situación en La Araucanía ni en la Provincia de Arauco sobre la base de una cifra de ataques o atentados violentos, porque no son en absoluto el reflejo de la realidad. Me parece, más bien, que eso es precisamente lo que querrían estos grupos, muy minoritarios y muchas veces provenientes de otros lugares.
Por supuesto que esos problemas existen, nos afectan y los condenamos, en especial cuando atacan o amenazan a las propias comunidades que sí tienen raíces ancestrales en esos lugares y que, sin renunciar a sus demandas, aspiran a una convivencia pacífica. Esa es la estadística que de verdad refleja lo que ocurre en la Araucanía y en Arauco. En nuestro caso son más de 350 comunidades con las cuales tenemos dialogo permanente, generamos emprendimientos conjuntos, revalorizamos la cultura ancestral y, quizás lo más valioso, desarrollamos proyectos de alto valor, como es la protección del lago Lleu Lleu, uno de los lugares más lindos de nuestro país.

Lee la entrevista del Diario Financiero aquí

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