Rescatando a Carahue en el sur de Chile

Primero la fundó Pedro de Valdivia bajo el nombre de “La Imperial” en 1551, al frente de su gran río y en lo alto de una colina. También fue pensada por la misma colonia española para ser la capital del Reino de Chile. Luego, mucho tiempo después, fue el poeta chileno Pablo Neruda quien se inspiraría en los lindos muelles para escribir en 1924, parte de la obra Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

De esa forma es Carahue,  localidad ubicada en la región de La Araucanía en el sur de Chile, y que fue renombrada finalmente por el fundador Gregorio Urrutia en 1882. Su bella geografía se destaca por el cauce del río Imperial; un caudal que es navegable y que contiene las aguas de las  atractivas cumbres nevadas de los volcanes Tolhauaca y el Llaima.

La historia que viaja en el río Imperial es de gran importancia cultural, porque a principios del siglo XX, pasó a ser un puerto fluvial relevante y se convirtió en un atractivo centro de exportación, gracias a la llegada del Molino Carahue (Valck) y la Sudamérica de Vapores de Chile. Ahí se podían embarcar los granos de trigo a través de los transportes marítimos.

Pero con el pasar de los años, y junto a la construcción de caminos terrestres, la ciudad y su afluente comenzaron a perder la relevancia que poseían. Para esto fue determinante la naturaleza. En 1960 el terremoto y posterior maremoto de Valdivia le cambiaron su fisonomía para siempre. Donde había cultivos agrícolas y tierras ganaderas, después del tsunami sólo quedó agua. Los brazos del río mutaron, la vegetación también y hoy cunden los humedales.

Prácticamente desde ese momento los carahuinos comenzaron a luchar contra el olvido y la postergación. Sabían que en el río estaba la llave para hacerlo.

Llenos de costumbres ancestrales, sólo tenían que revivirlas y organizarse.

A este desafío se sumó CMPC, que decidió formar una alianza con la Municipalidad de Carahue y el Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco (DAS), con el objetivo de rescatar la historia de la ciudad. Y tras varios años de trabajo, se logró el 16 de enero de 2019 inaugurar el proyecto “Carahue Navegable”, una travesía turística de 30 kilómetros que vuelve a recuperar la identidad del río a través de emprendimientos locales que se unen al afluente en los muelles.

Comida típica, visitas a rucas mapuche, noches a la orilla del río después de disfrutar un cordero al palo, visitar la enigmática isla doña Inés, o simplemente remar y remas por su cauce, son parte de las invitaciones que tiene el río Imperial.

Incluso se puede recorrer en botes los principales puntos de intereses patrimoniales de la comuna, como por ejemplo, pasear sobre la historia del molino Valck.

Para continuar con el mismo objetivo, es que también se realizó este año 2019, la XVI Maratón Internacional de Canotaje, campeonato internacional apoyado por CMPC en el que participaron más de 200 competidores de todo Chile y países invitados como Argentina, Perú y España. Todo con el mismo propósito: rescatar la historia del río Imperial y su comuna.

NOTICIAS RELACIONADAS