Francisco Ruiz-Tagle afirma que el desafío de las empresas para 2021 es la Empleabilidad 2.0
15 de Enero, 2021
¿Qué es la nueva empleabilidad? ¿Cómo conectar la oferta con la demanda laboral? ¿Cómo mirar la empresa del futuro y conectarla con el mundo académico? ¿Cómo se involucran las empresas en estos nuevos desafíos? Estas son algunas de las preguntas que intentó responder el gerente general de Empresas CMPC, Francisco Ruiz-Tagle, durante su intervención en la sesión “Nuevos Empleos y Reconversión Social” realizada en la jornada de Enade 2021.
Advirtió que en estas materias es clave el rol que jueguen las empresas. “El sector privado es mucho lo que tiene que comprometerse, ir adelante, tomar la iniciativa y no esperar a que nos digan cómo hacer las cosas”.
La nueva empleabilidad, dijo, está muy influenciada por las consecuencias que trajo la pandemia en todos los ámbitos. “Hemos abierto los ojos ante muchas situaciones y también respecto de potenciar las capacidades a nivel local”, indicó aludiendo a que si bien ha habido importantes mejoras en Chile en cuanto a formación y competencias, aún existe una gran brecha entre la demanda y la oferta laboral.
Aquí, agregó, nacen dos desafíos. Uno, la empleabilidad 2.0, que tiene que ver con las lecciones que nos dejó la pandemia el año pasado, donde a algunas industrias, como el caso de CMPC, la cuarentena les mostró la necesidad de contar con competencias a nivel local. Y, dos, la amenaza, que tiene relación con la modernización, la tecnología, la digitalización, la robotización, lo que también requiere urgentemente la formación de competencias no sólo a nivel de Chile sino también a nivel regional.
Actualmente, explicó, las mallas curriculares todavía muestran brechas que continúan enfocadas en base a la carrera más que a las competencias o a la necesidad o a la capacidad que requiere un emprendimiento en una industria. “Aquí también hay que reconocer la falta de participación del empleador en el diseño de estas mallas curriculares. Se requiere de una proactividad de parte del empleador en la formación de éstas”, señaló el ejecutivo.
Afirmó que “es muy importante que desde las empresas también estemos apoyando al conocimiento, la capacidad y las habilidades de los graduados que salen al mercado. Hay que incorporarlos y hacerles un espacio. Muchas veces somos responsables de no involucrarnos en levantar y apoyar ese conocimiento local e incluso de involucrarnos poco en materia de las mallas curriculares”.
En este sentido, comentó que CMPC ya se ha involucrado en avanzar hacia la convergencia de la oferta con la demanda laboral y hacia la descentralización del conocimiento. Logró una alianza con el DuocUC para la construcción de una sede en la localidad chilena de Nacimiento, región del Biobío.
“El objetivo de esta alianza es la formación de competencia, que este lugar recoja la demanda laboral y pueda generar la oferta que se requiere, que puede ser de muchas industrias, una oferta que puede estar desde la necesidad de emprendimiento gastronómico a las necesidades del mundo agrícola, forestal, de producción de celulosa, de papeles, etc.”, explicó.
Otro ejemplo en esta misma línea que puso Francisco Ruiz-Tagle fue la asociación de CMPC con la Universidad de Concepción. “Acá estamos trabajando en tres ámbitos fundamentales. Uno, es el desarrollo del talento del futuro, dos el desarrollo de la industria del futuro y tres el desarrollo de la innovación y el emprendimiento. Esto se ha traducido en que el año pasado logramos conectar a más de 200 estudiantes y 20 investigadores de la universidad con colaboradores de la compañía y han trabajado directamente en alianzas, en generar programas, proyectos de desarrollo y de futuro”.
Lecciones
El gerente general también dedicó un espacio a relatar los aprendizajes que CMPC obtuvo del año pasado tras sufrir las consecuencias de la pandemia. “Demostramos que tenemos capacidades, que tenemos competencias y que es rentable confiar en las personas. En nuestro caso, entre otras cosas, trabajamos por cuidar a las personas primordialmente, pero también por la continuidad operacional”.
Es muy relevante, precisó, “mantenerse operando y quiero decir que se pudo en la totalidad de la compañía en los distintos países. Vimos una enorme resiliencia de las personas, una capacidad de adaptación muy impresionante, tuvimos que corregir turnos, se pudo ir al teletrabajo en porcentajes muy amplios, incorporar tecnologías y una capacidad de aprendizaje muy rápida”.
“No cabe duda que las empresas que somos más grandes tenemos el doble o el triple de responsabilidad en hacer que otros se suban al carro del futuro y de la mejora en las competencias que se necesitan de los trabajadores y profesionales”, finalizó.