Reproduciendo la ciencia y los árboles

En el Centro de Desarrollo Biotecnológico de CMPC, la científica belga, Femke Lieve, utiliza la biotecnología para reproducir especies en peligro de extinción y recuperar árboles nativos amenazados como la Araucaria, el Toromiro y el Ruil, entre otras.

“Estamos apostando por crear vida y oxígeno”. Con esa frase resume Femke Lieve la labor que hace cuatro años desarrolla junto a un grupo de 17 personas en el Centro de Desarrollo Biotecnológico de CMPC, en el recientemente inaugurado edificio de Los Ángeles.

Es que este lugar cuenta con un moderno laboratorio en el que el uso de la biotecnología ha sido fundamental no sólo para un mejor rendimiento y crecimiento de los bosques de la empresa, sino que también para la recuperación y multiplicación de plantas a gran escala de forma sostenible.

“Una gran parte de la labor que desarrollamos en el laboratorio de biotecnología es reproducir especies en peligro de extinción y recuperar árboles nativos amenazados”, señala Femke Lieve, encargada del moderno laboratorio.

A través de tecnología de punta y de la técnica de la micropropagación, que consiste cultivar en laboratorio las semillas de una planta madre y multiplicarlas para producir nuevos ejemplares que se van a un vivero, la empresa ha concretado importantes iniciativas de recuperación y conservación de especies amenazadas.

Según cuenta, en la actualidad el laboratorio de Biotecnología conserva in vitro cerca de 500 ejemplares de Arrayán, Avellanos, Copihues y Ruiles, mientras que mediante la técnica de la preservación in vitro cuentan con 50 ejemplares de La Araucarias, Guindo Santo y el Toromiro.

“Tenemos muchos Copihues conservados en el laboratorio, así como Arrayán, Ruil, Avellanos, Araucarias, los cuales preservamos para luego evaluar aclimatarlo en los viveros”, asegura Femke Lieve.

Es el caso de lo realizado con el Toromiro. Este es un arbusto endémico de Isla de Pascua que en 1960 dejó de existir en la isla.  El trabajo de recuperación comenzó a realizarse en 2006, cuando el Jardín Botánico de Viña del Mar entregó a CMPC seis ejemplares de toromiro para ser protegidos y para realizar análisis preliminares.

Bajo ese fin, la empresa trabajó en conjunto con la Universidad Católica, alianza que permitió que los buenos resultados llevaran a que en 2013 la compañía firmara un convenio con la Conaf para reintroducir la especie en la isla y así devolverle a la cultura Rapa Nui el árbol con el que sus antepasados confeccionaban arte sacro.

Además, el Centro de Desarrollo Biotecnológico del cual forma parte el laboratorio se dedica a buscar formas para recuperar flora nativa, las que luego serán cultivadas en las seis naves de invernaderos con los que cuenta el edificio para luego ser trasladados al vivero Carlos Douglas, donde se cultivan una variedad de especies nativas.

“Me siento privilegiada el poder trabajar en esto. Estamos apostando por crear vida no sólo para Chile, sino que para todo el mundo. Las empresas que tienen futuro son las trabajan en sustentabilidad y tratan de bajar la huella de carbono en el mundo, lo que me motiva mucho”, concluye Femke Lieve.

Uno de los compromisos de CMPC es conservar y restaurar 100 mil hectáreas al 2030, las cuales se sumarán a las 325 mil hectáreas de conservación y protección que la compañía ya posee en Chile, Argentina y Brasil. CMPC cuenta en la actualidad con uno de los viveros de producción de plantas y árboles nativos más importantes del país, Carlos Douglas, en la Región del Biobío.

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