Convenio entre CMPC y el Jardín Botánico Nacional busca 
resguardar especies en riesgo y restaurar ecosistemas

21 de Octubre, 2025
  • El acuerdo, firmado en Cabrero, contempla el intercambio de experiencias, conocimientos, el desarrollo de proyectos conjuntos y la creación de un banco vivo de ejemplares únicos, que servirá como fuente para futuras reforestaciones y restauraciones ecológicas en distintas zonas del país.
  • Dentro de las especies que se incorporarán en este trabajo conjunto con el Jardín se encuentran el Toromiro, Queule, Pitao y Ruil.

En el Vivero Carlos Douglas de Cabrero, Región del Biobío, se firmó un importante convenio de colaboración entre CMPC y la Fundación Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, que busca fortalecer el trabajo conjunto en conservación, investigación y restauración de especies vegetales, especialmente aquellas nativas o en riesgo.

El acuerdo fue suscrito por Ignacio Lira, gerente de Asuntos Corporativos Bosques de CMPC, y Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico Nacional, marcando un nuevo paso en la protección del patrimonio natural del país.

Un “respaldo verde” frente a diversas catástrofes

Más allá del trabajo científico, la alianza busca establecer un sistema de resguardo y respaldo genético de especies arbóreas que actúe como una red de protección frente a emergencias como incendios o sequías extremas.

Para garantizar su supervivencia a largo plazo, este material vegetal se conservará en ubicaciones geográficamente dispersas, reduciendo el riesgo de pérdida total ante un evento catastrófico y fortaleciendo la capacidad de adaptación de los ecosistemas frente a los efectos del cambio climático. Esta estrategia permitirá contar con un banco vivo de biodiversidad que asegure la continuidad y regeneración de las especies nativas más valiosas del país.

Es en este vivero donde se conservan y reproducen decenas de especies nativas que representan el patrimonio vegetal del centro y sur de Chile. Entre ellas destacan árboles emblemáticos como el peumo, quillay, boldo, avellano, mañío, lingue, notro, arrayán, canelo y roble.

Estas variedades, junto a plantas en categoría de conservación, como el belloto del sur, forman parte del esfuerzo por mantener un banco vivo de biodiversidad.  El objetivo es que, ante una catástrofe, no se pierda la diversidad vegetal y exista un stock disponible para replantar las especies afectadas.

Entre las especies a introducir en el Jardín Botánico Nacional destacan ejemplares únicos y emblemáticos, como lo son el toromiro, queule, ruil y el pitao. Este trabajo representa la importancia de conservar y reproducir especies que hoy son escasas o vulnerables.

Ignacio Lira, gerente de Asuntos Corporativos Bosques de CMPC, destacó que “para nosotros como CMPC es un gran orgullo firmar este convenio, que no marca el inicio de un trabajo, sino la continuidad de una relación que mantenemos hace años con el Jardín Botánico, basada en el cariño, la dedicación y el profesionalismo en la conservación de nuestro patrimonio vegetal”.

Lira agregó que “nuestro foco es unir experiencias y capacidades para resguardar especies que hoy enfrentan amenazas, como el toromiro, y así promover su recuperación y puesta en valor. Creemos que nadie cuida lo que no conoce, por eso este esfuerzo busca acercar el conocimiento y aprecio de nuestra flora nativa a la comunidad, fortaleciendo el orgullo por el patrimonio natural de Chile y su protección para las futuras generaciones”.

El Jardín Botánico Nacional

Desde 1917, el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar es uno de los espacios de conservación más importantes y antiguos del país y de América Latina, así como el principal pulmón verde de la Región de Valparaíso. Nació gracias a la donación de terrenos realizada por Pascual Baburizza y fue concebido como un centro de investigación, educación y resguardo de la flora chilena y exótica.

Con más de 400 hectáreas y miles de especies vegetales, el recinto se ha consolidado como un referente nacional e internacional en preservación botánica y restauración ecológica, además de ser un espacio abierto a la comunidad, donde confluyen la ciencia, la educación ambiental y la recreación familiar.

En febrero de 2024, el Jardín sufrió un incendio que, en tan solo 45 minutos, consumió cerca del 90% de su superficie. A pesar de la magnitud del siniestro, la rápida contención del fuego evitó un daño mayor en las especies más valiosas, como los toromiro y la colección de flora de Juan Fernández, las cuales no presentaron pérdidas patrimoniales significativas.

Actualmente, el recinto se encuentra completamente recuperado, con sus colecciones en funcionamiento y orden, aunque el impacto estético fue profundo: se perdieron grandes árboles centenarios ornamentales —como eucaliptos, pinos y encinos— que formaban parte del paisaje histórico del recinto.

Alejandro Peirano, director del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, relevó la importancia de renovar y proyectar esta alianza con CMPC, que tiene sus raíces en una colaboración iniciada en 2006: “en realidad, lo que estamos haciendo hoy es ratificar un convenio que ya manteníamos hace años, centrado originalmente en el intercambio de material genético del toromiro, una especie extinta en su hábitat natural. Pero esta nueva etapa va mucho más allá”.

Al profundizar en esto, Peirano apuntó que “buscamos desarrollar otras especies, fortalecer la cooperación entre instituciones y consolidar una red nacional de jardines botánicos que potencie la conservación de nuestra flora. Venimos de un año muy duro tras el incendio que afectó al jardín y que lamentablemente cobró vidas humanas, pero hoy estamos de pie, mirando hacia adelante. Esta alianza con CMPC es una oportunidad para seguir creciendo, aprender en conjunto y generar acciones concretas para proteger el patrimonio vegetal de Chile”.

Ciencia, colaboración y futuro

El convenio firmado entre ambas instituciones contempla el intercambio de material vegetal, investigación aplicada y espacios de formación entre ambas instituciones. A través de sus centros y laboratorios, se busca potenciar proyectos de I+D+i+e (investigación, desarrollo, innovación y educación) enfocados en el resguardo de especies raras, amenazadas o vulnerables.

Además, se promoverán actividades abiertas a la comunidad, como foros, seminarios y encuentros científicos, con el fin de difundir el valor de la conservación y la restauración ecológica.

Jean-Pierre Lasserre, gerente de Planificación y Tecnología Forestal de CMPC, subrayó que “este convenio representa la consolidación de una colaboración que une ciencia, experiencia y pasión por los árboles. La posibilidad de compartir conocimientos sobre propagación, manejo y conservación de especies —especialmente aquellas en riesgo o con problemas de propagación— nos permitirá fortalecer nuestros programas de restauración y ampliar la diversidad biológica en los paisajes que administramos”.

En este sentido, Lasserre comentó que “el trabajo conjunto con una institución con visión de largo plazo como el Jardín Botánico nos ayuda a transferir aprendizajes hacia nuevas generaciones, promoviendo una cultura forestal más sustentable y comprometida con el medio ambiente”.

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